El smoking, ese traje que representa elegancia absoluta. Además, es un atuendo clave en el armario masculino y femenino, ha evolucionado de tal forma que al hacer una retrospectiva, nos sorprende observar sus cambios y ser testigos de cómo, actualmente, el color y la estampación se han incorporado a su aspecto.
Historia y evolución del smoking
La historia de esta prenda se remonta a mediados del siglo XIX. Todo cuando los caballeros ingleses usaban una confortable chaqueta masculina que lucían después de cenar, cuando pasaban a la biblioteca a fumar. Esta prenda se denominaba Smoking Jacket y era de uso doméstico.
Épocas representativas
Su silueta se asemejaba a las largas batas para estar en casa. Pero, en versión corta y, generalmente, estaban confeccionadas en terciopelo, paño o con tejido de seda liso o labrado. Además, estaba ornamentada con botones. Otra historia alrededor del origen del smoking, se ubica en la famosa calle Savile Row de Londres, donde se dice se confeccionó en 1865, una chaqueta de smoking sin faldones para el Príncipe de Gales.
Sobre la década del treinta, el cine de Hollywood se encargó de generar polémica cuando la alemana Marlene Dietrich revolucionó a la sociedad de la época atreviéndose a lucir un smoking en la película Morocco. Actrices como Katherine Herpburn siguieron sus pasos. Sin embargo, no hubo una conexión inmediata con un público masivo.
Un look con historia
Lo cierto, es que en 1966, Yves Saint Laurent presentó oficialmente su versión de Le Smoking, una prenda que, literalmente, revolucionaría el mundo de la moda. No solo por su renovada y estilizada propuesta, sino porque esta vez su público objetivo no sería el masculino, ahora las mujeres tendrían su propio smoking, firmado por un francés. Aunque el público en general recibió con reservas esta propuesta, figuras como la actriz Catherine Deneuve, la cantante y actriz Liza Minelli y la famosa esposa de Mick Jagger, Bianca Jagger, encontraron en Le Smoking una prenda de carácter, práctica, elegante. Y, por supuesto, un verdadero statement de libertad, igualdad de géneros y autonomía.
Una muestra de glamour
Ellas fueron las mejores embajadoras de este atuendo, el cual lucían con frecuencia en colores negro o blanco, caminando en la calle o asistiendo a un cóctel. Así las cosas, para la década del setenta Le Smoking se popularizó como un básico del armario femenino.
Representación del glamour
Paulatinamente las nuevas generaciones de estrellas de Hollywood, top models y cantantes, se encargaron de visibilizar diseños renovados en la evolución del smoking. Uno de los ejemplos más representativos fue el de Gwyneth Paltrow, quien en 1996 lució un smoking de terciopelo rojo firmado por Tom Ford, este diseño arrasó en ventas. Y, de ahí en adelante el espectro de color del smoking pasó de los dos tonos tradicionales, negro y blanco, a colores neutros como el gris. Y, por supuesto, propuestas más atrevidas que usaban texturas brillantes o de colores vibrantes.
Nuevos tiempos y transformaciones
Pero si hablamos de la evolución del smoking, es quizás este momento el que nos muestra cómo se ha transformado el smoking; que no solo se ha abierto a un sinfín de colores, estampados y texturas, también ha modificado su silueta estilizada para explorar opciones en las que se vale la amplitud de sus formas. Lo que antes parecía imposible es viable, un smoking amarillo o verde satinado, las mangas amplias o combinaciones menos clásicas, como usarlo con camisetas o crop tops, son algunas de las variables que se exhiben hoy en las pasarelas internacionales.
En ese sentido
Prabal Gurung, Escada o Kenzo, nos plantean un universo infinito de posibilidades en torno a esta prenda. Porque ahora esta resulta más que nunca resulta inmortal y una fuente constante de innovación y creatividad.