La historia detrás de la conceptualización y la realización del calendario 2018 de Lafayette, fue una verdadera aventura creativa. Inspirada por Lafayette con la colaboración de la diseñadora Olga Piedrahita y su hija Danielle Lafaurie. Ambas se embarcaron en un proyecto que empezó desde cero. Y, que implicó el diseño de las grafías de los textiles y la convocatoria de un magnífico equipo de talentos colombianos y extranjeros. Hablamos con Danielle y ella nos contó acerca de esta inolvidable experiencia.
¿Cómo surge la idea de incluir a Islandia en esta edición del calendario?
Cuando empezamos con Lafayette en este proyecto, queríamos conformar un equipo de creativos que se destacara por ser potente y novedoso. En primer lugar, decidí llamar a Camilo Matiz, un director de cine, que, a pesar de no dedicarse de lleno a la fotografía, estaba segura encajaría de manera ideal en el proyecto. Él escuchó mi propuesta y me contó que estaba haciendo una película en Islandia y, me dijo que quizás, podríamos unir su producción a la nuestra, así surge la idea de Islandia.
Una vez se definió Islandia como locación, ¿qué concepto deciden trabajar?
Definido el tema de Islandia, Olga y yo empezamos una incursión en Barichara, Santander, pues para nosotros es muy importante que en los textiles se aprecie el “hacer” manual, así que nos fuimos a aprender a “hacer” papel a la Fundación San Lorenzo de Barichara, con la idea, además, de desarrollar los grafismos para las telas, porque nos gusta hacerlo todo in house.
Estando allá, pensamos en la temática y cómo unir a Islandia con Barichara, nos encontramos que la respuesta era la tierra, los diferentes colores que ella posee y todo lo que podemos mezclarle. A esto se suma un concepto que para nosotros es muy importante que es Glocal, la unión de lo global y local, es decir, cómo hablar de una manera global de un tema local, que en este caso era la creatividad colombiana.
La exploración con el papel trajo consigo un proceso de creación de grafías para los textiles, ¿en qué consistió ese proceso?
Nos interesa mucho que cada proyecto que entra al taller creativo de Olga Piedrahita sea un proceso en el que el tiempo tiene un valor importante en el resultado, en otras palabras, sabemos dónde empezamos pero no sabemos dónde terminamos y, eso es muy valioso para nosotros, porque nos da la posibilidad de aventura y de experimentación.
Entonces, la idea de aprender a hacer papel se conecta con los muchos matices de la textura del mismo y cómo esta se vería impresa en tela, era como jugar que el papel se imprime sobre la tela. Luego empezamos a vincularle al papel todo lo que da la tierra de Santander: achiote, carbón, tintas naturales, curry, en fin toda clase de elementos que encontramos allí, con la excusa de manchar el papel que estábamos haciendo.
Sobre la marcha
Tomamos fotos y con ellas construimos los grafismos. Es un proceso que, verdaderamente, es la aventura del azar. En total, durante este proceso tomé cuatrocientas fotos, en ellas están registradas las muchas exploraciones que realizamos con el papel, que fueron desde el suminagashi, que es la forma tradicional de teñir el papel en china, el tie dye o el simple ejercicio de regar el café sobre el papel e intervenirlo con lapiceros, con la idea de crear texturas diferentes a las cuales tomarles fotografías y, de ahí surgieron las texturas.
Después de tener listas las texturas, ¿qué siguió en el proceso?
Elegimos el material fotográfico y diseñamos las telas. Para ello, nos imaginamos diferentes propuestas con las manchas a partir de las ideas previas que teníamos de Islandia y de las reflexiones en torno a ella. Una vez estuvieron los diseños de las telas, elegimos las bases para la estampación digital: Alania, Fidenza, Mistika, Pacific, Universal, entre otras, de hecho, es el proyecto en el que más hemos ampliado el portafolio de bases. Cuando las telas estuvieron listas, Olga empezó el proceso de diseño de las prendas. Ella tomó formas de vestuario comunes, las deconstruyó y empezó a armar una especie de rompecabezas con unos grafismos geométricos, eso se traduce en ver el positivo y el negativo de ciertas piezas como las chaquetas.
Sus impresiones acerca del resultado
Este resultado da cuenta de cómo una empresa creativa, en este caso Lafayette, cree de verdad en la libertad de los diseñadores y cree que eso puede ser parte de su esencia. Eso es justo lo que resulta más valioso de este proyecto. A su vez, otro punto a resaltar es la potencia de trabajar en equipo, es que no hay manera de que uno multiplique su saber si no es uniéndose con otros, para mí eso es lo más valioso de este proyecto. Además, fue increíble haber estado con un equipo tan profesional, conformado por toda la gente de Pegasus Pictures, que de hecho es la empresa productora de Game of Thrones; para nosotros trabajar con ellos fue un placer.
Para usted, ¿cuál fue el mejor recuerdo de este proyecto?
Lanzarse por aquellas cosas que uno sueña… y mejor aún si se cuenta con empresas que le apuestan al arte, a la imaginación, a la creatividad y al talento colombiano como lo hace Lafayette.
Bueno, y cuando terminamos rodaje, le pregunté a Elli, el productor de Pegasus, si ¿en una ciudad de trescientos mil habitantes, todo el mundo sabe dónde vive Björk? Su respuesta fue afirmativa y acto seguido llamó a su manager. Björk, estaba en Nueva York, pero empaqué el vestido de enero y febrero y se lo dejé con la manager. Mira, en ocasiones, solo basta nombrar las cosas para que sucedan.