Por otra parte, la diseñadora venezolana es un ejemplo de vida para aquellos creativos que buscan fundar una marca en la madurez, emitiendo un mensaje contundente a quienes el proceso de emprendimiento.
Han transcurrido 35 años a partir del primer desfile de Carolina Herrera y desde entonces su firma ha crecido como la espuma, destacándose a nivel mundial por la elegancia y sofisticación de sus creaciones.
Carolina Herrera, cuyo nombre real es Carolina Josefina Pacanins Niño, se mudó a la ciudad de Nueva York en 1981, para ese entonces tenía 42 años de edad y una familia establecida. A su llegada a la gran manzana, fundó su firma de moda bajo el sello de Carolina Herrera LTD, desde entonces su éxito ha sido imparable.
Importantes celebridades del cine y el entretenimiento, han desfilado sus creaciones por las diferentes alfombras rojas, sin embargo, su oferta de producto también abarca el fascinante universo de accesorios de lujo como monturas para lentes, pañuelos y carteras. Además es una de las casas con mayor prestigio en fragancias, su línea de perfumes es una de las más vendidas en todo el mundo.
Carolina Herrera y su triunfo, una marca internacional
La evolución de la firma Carolina Herrera durante estas tres décadas es admirable, no solo por su trayectoria y sus tiendas ubicadas en las principales capitales del mundo, sino por la estética de su comunicación. Historias que van desde un amor perfecto: mujeres y hombres modernos y sofisticados en encuentros idílicos, hasta travesuras de jóvenes en las noches neoyorquinas, son la narrativa que emite la marca a través de la profusión intencional de sus campañas publicitarias, evidenciando el segmento del mercado al cual están dirigidos los productos de la casa.
Esta firma, al igual que muchas marcas de lujo, reinterpreta el concepto de producto llevándolo a escenas donde éstos, más que elementos, son componentes de un estilo de vida aspiracional que cautiva a su público objetivo. Una propuesta asertiva que ha contribuido con su posicionamiento en estos 35 años, tiempo que se hace notablemente corto al compararse con la mayoría de casas de moda europeas, con las que comparte mercado.
Por otra parte, la diseñadora venezolana Carolina Herrera y su triunfo es un ejemplo para aquellos creativos que buscan fundar una marca en la madurez, emitiendo un mensaje contundente a quienes el proceso de emprendimiento les ha tomado un poco más tiempo que a otros. Prueba de que la clave del éxito no tiene en cuenta edad, sino visión y constancia.