Esta semana dentro del marco del Paris Fashion Week, Karl Lagerfeld presentó su propuesta Prêt-à-porter para la próxima temporada bajo el sello de la codiciada firma Chanel y nuevamente como de costumbre el veterano creativo cuya imaginación reside en otras latitudes, y que con suma facilidad nos transporta a mundos oníricos a través sus desfiles, nos enseñó lo que sería un lujoso viaje por el espacio.
La estilizada escenografía recreó una estación de lanzamiento espacial intencionalmente fría, la cual fue el escenario perfecto para este desfile, donde uno a uno se presentaron los 94 looks de esta colección que sin duda alguna nos permitió imaginar una vida llena de estilo por fuera del planeta tierra.
En esta oportunidad
La vía láctea inspiró a Lagerfeld con Prêt-à-porter. Por tal razón, surgieron prendas a partir de la reinvención de las clásicas siluetas de la firma; la emblemática chaqueta de la casa esta vez fue confeccionada en textiles de aspecto húmedo cuyos conceptos gráficos evocan destellos estelares. Por otra parte, una de las novedades de la pasarela fueron las faldas de los vestidos tipo sastre, que encontramos sobrepuestas en shorts acolchados, elaborados en textiles de estampación digital con grafías galácticas y colores crepusculares que acentuaron la intencionalidad de la propuesta.
Otro de los aspectos infalibles de esta entrega de Prêt-à-porter fueron los maxi vestidos y las faldas tipo midi de fascinante caída en bases textiles transparentes con estampación digital, apliques de cristal y glitter; complementadas con encajes y canutillos. Blazers con solapa de muescas y abrigos con solapa de picos adornados con apliques metálicos de color dorado y plateado. En cuanto al calzado lo más relevante fueron las botas de caña alta con tacón cuadrado.
Por si fuera poco, al finalizar el desfile
Karl Lagerfeld realizó desde la pasarela su acostumbrado saludo a los asistentes, pero esta vez se desplazó hasta un botón de acción dispuesto en uno de los extremos de la plataforma, el cual oprimió para dar paso al despegue de un cohete que hacía parte de la escenografía y que efectivamente se alzó hasta llegar al techo del Crystal Palace. Sin duda este fue un hecho simbólico, que emite de parte de la marca un mensaje de transgresión y evolución constante. Chanel entiende que los consumidores cada vez quieren más ¡y no de lo mismo! por tal razón su evidente esfuerzo en ir más allá.