Al preguntarle a Víctor Velilla, gerente comercial de Color Fingers, por el origen de esta propuesta, no duda en afirmar que éste radicó en la importancia de generar conciencia entre la gente. No en vano, hace seis años decidieron embarcarse en un proyecto que define como quijotesco: ser una de las primeras propuestas colombianas del mercado beachwear infantil en ofrecer protección solar en sus prendas. Hablamos con él y nos contó algunos aspectos de esta exitosa experiencia.
¿Qué los motivó a crear una marca con este enfoque de protección solar?
Fueron varios motivos, de un lado nosotros teníamos la infraestructura, el conocimiento y la experiencia para hacerlo. Entonces, por iniciativa de mi esposa, empezamos a desarrollar el producto que ven ahora. Prendas con diseño y protección solar garantizada, pues uno de objetivos es compartir el mensaje de prevención de enfermedades causadas por los rayos UV. Es fundamental enterar a la gente, que la Organización Mundial de la Salud dice que el mayor nivel de rayos UV que puede recibir una persona que esté usando bloqueador y ropa con protección UV es un nivel 11, pero lo cierto, es que hoy en día en ciudades como Medellín tenemos períodos de nivel 14. De ahí que para nosotros sea clave crear las prendas y llevar el mensaje.
¿Cómo ha sido el desarrollo de las telas para la marca?
Cuando nosotros empezamos era muy raro hablar de la protección UV aplicada a textiles, pues a los fabricantes no les parecía tan importante, entonces no se usaba mucho, en realidad, todavía no es muy comercial.
¿Cómo incorporan las telas con nuevas tecnologías a su portafolio de productos?
Nosotros tenemos experiencia en confecciones desde hace muchos años y conocíamos a Lafayette desde siempre. Sabemos que sus telas poseen un excelente respaldo y calidad, con un plus importante de procesos y tecnología. Descubrimos que tenían telas aptas para nuestro producto, que además, cumplían con los requerimientos que nosotros necesitamos para nuestras prendas. Entonces, empezamos a trabajar con ellas y, poco a poco, se fueron desarrollando más colores.
¿Cómo articulan el tema de los diseños y siluetas para las prendas que desarrollan?
Cuando empezamos dentro del mercado ya existían algunos productos con nuestro mismo enfoque, pero eran fondo entero, con muy poco valor agregado en diseño. Teniendo en cuenta que nuestro mercado eran los niños, empezamos a desarrollar nuestra propia imagen gráfica; mucho colorido y motivos creados por nosotros. La idea es que fuera del gusto de los niños, de hecho, siempre hacemos un chequeo con ellos, de tal forma, que vean el producto, les guste y les parezca bonito.
Después de seis años ¿cómo ha evolucionado la marca?
Inicialmente, la marca se origina para el mercado infantil, pero con el tiempo los padres nos empezaron a pedir prendas que también los protegieran a ellos; creamos una línea muy bonita de coordinados: ropa para los papás. Una propuesta muy innovadora en su momento y un desarrollo muy interesante que ha venido creciendo con usos que van desde baño hasta prendas deportivas.
Así mismo, hoy en día hay mayor información y consciencia acerca de la importancia de las prendas con protección UV, lo que unido a nuestro trabajo da como resultado que hayamos logrado penetrar en el mercado nacional y que estemos exportando un producto hecho en Colombia, a países como Argentina, Perú, Panamá, Puerto Rico, Estados Unidos y México.
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