El mundo de la moda se vio sorprendido cuando en días pasados el afamado diseñador Stefano Gabbana publicó en su cuenta de Instagram a dos modelos luciendo un hiyab (velo) con largas túnicas que cubren sus cuerpos hasta los pies. Una propuesta que busca conquistar el mundo musulmán y las mujeres musulmanas. Un universo siempre tan distante de las tendencias fashionistas de occidente.
Una colección hecha para mujeres musulmanas
Diferentes medios especializados de Italia se encargaron de divulgar masivamente estás publicaciones, que en muy poco tiempo han dado mucho de qué hablar. La colección denominada “Abaya” nombre con el que se conoce a las túnicas oscuras que visten algunas mujeres musulmanas, está impactando a los conocedores, no solo por la transgresión cultural, sino también por su belleza y originalidad.
El portal árabe Style.com -la edición en línea de Vogue para el mercado musulmán- presentó esta nueva apuesta con una veintena de fotografías. Una decisión que tiene evidentes razones comerciales, pues se calcula que para el 2030 los musulmanes representarán el 26% de todo el consumo mundial, lo cual incluye, por supuesto, la demanda en lo que en términos de moda se refiere.
La casa de moda italiana busca conquistar un mercado en constante crecimiento, que en los próximos años facturará mil millones de dólares. Y no son los únicos que han puesto sus ojos en este intrincado mercado, ya están en proceso millonarias producciones hollywoodienses «islamizadas» así como un sinnúmero de productos «islámicamente correctos» que buscan apoderarse de este nicho mercantil, que en contravía de sus tradiciones, cada vez se occidentaliza un poco más.
La propuesta enriquece los tradicionales conjuntos de velo y túnica
Esto lo hacen a través de aplicaciones de encajes, bordados y piedras que resaltan magistralmente sobre los estampados geométricos o de motivos vegetales impresos en sus telas.
Adaptándose a su estética e idiosincrasia, esta nueva colección de prêt-à-porter exhibe prendas con tonalidades neutras como el negro o el beige que van acompañadas con accesorios como enormes gafas de sol, grandes bolsas de colores y los zapatos con tacones de vértigo.
Estas combinaciones constituyen vestidos elegantes y desenfadados con túnicas de seda y satén, decoradas con limones y flores, donde está muy presente el amor de los diseñadores por su tierra natal, Sicilia, una isla en la que el Islam ejerció gran influencia durante largo tiempo.
Dolce & Gabbana trata de mostrar la apertura occidental hacia los musulmanes, lo que a menudo no es percibido como algo positivo en el mundo islámico, pero que sin lugar a dudas demuestra que al encontrarnos inmersos en una cultura global, todo tiende a uniformar los usos y costumbres, incluso de algunas sociedades como la islámica que es reacia a encasillarse dentro de la globalización. Se espera que esta novedosa apuesta de la moda sea la gran ventana que integrará al mundo más allá de sus diferencias ideológicas.