La firma Reformation basa su modelo de negocio en el reciclaje de telas vintage y en la producción de poco más de 40 prendas del mismo modelo y color por colección. Un ejemplo de slow fashion que ha logrado posicionarse a nivel mundial.
Durante los últimos años ha cobrado relevancia el concepto de slow fashion y, sin duda, el 2020 ha puesto en evidencia las ventajas que esta ruta creativa le brinda a las marcas de moda. En este artículo les presentamos algunos puntos clave acerca de este modelo de negocio.
La acepción de la expresión slow fashion hace alusión a la moda lenta, es decir, la antítesis del modelo del fast fashion o moda industrializada. El slow fashion es un modelo enmarcado en el pensamiento consciente y su estructura potencializa la mano de obra artesanal, el aprovechamiento de los desperdicios de materiales y promueve el bajo pedido o preorder; disminuyendo de manera considerable los inventarios de las marcas. El slow fashion no es una tendencia de temporada, de hecho, se puede entender como una filosofía que promueve la producción y el consumo responsable. De igual forma, las marcas que lo implementan suelen comunicar el impacto que su modelo tiene en la cadena de producción y en el medio ambiente.
Pensamiento consciente, el gran techo
Las marcas que deciden adoptar el pensamiento consciente trabajan constantemente en torno a esta cultura, realizan capacitaciones constantemente y comunican este modelo al interior y al exterior de la empresa. El pensamiento consciente alberga modelos como la sostenibilidad, que hace alusión a toda la cadena de producción, los procesos que la rodean y, por supuesto, el impacto social. De igual forma, está todo lo relacionado con la ecología, un estilo de vida que procura el cuidado del medio ambiente. También nos encontramos con el modelo de moda circular que alude a productos que pueden tener larga vida. Y por supuesto el slow fashion hace parte de este conjunto.
Mitos y errores sobre el slow fashion
Uno de los grandes mitos sobre el slow fashion es que sus diseños son básicos o que sus propuestas son aburridas, pero lo cierto es que este modelo está basado en conceptos de moda muy sólidos y, por lo general, las marcas que lo adoptan poseen una identidad definida y sus colecciones tienen procesos rigurosos de investigación y desarrollos muy estructurados.
¿El slow fashion es rentable?
Otro de los mitos alrededor del slow fashion es que al denominarse “lento” no será rentable. Lo cierto es que, aunque el volumen de producción sea menor, su margen de rentabilidad puede ser mayor. En ese sentido es importante recalcar que no todas las marcas están preparadas para adoptar el slow fashion y no todos los usuarios son su público objetivo.
También es importante tener presente que el slow fashion puede ser el único modelo de negocio de una marca, así mismo, una marca puede incluir en su modelo una línea específica dedicada al slow fashion. En ese sentido, el slow fashion podría describirse como un tiempo especial y específico que un departamento de mercadeo creativo le dedica a una colección. Por su parte, en el caso de una marca que adopta únicamente este modelo, hablamos de una estrategia de desarrollo de colecciones.
Para ampliar la información sobre el slow fashion y la estructuración de colecciones que respondan a este modelo, te invitamos a visitar nuestro IGTV y ver la charla que realizamos acerca de este tema.
Un comentario
Muy buena publicacion