Al finalizar su primera pasarela en el BFW 2023, le preguntaron a José Julián Guerrero, director creativo de Joeg: ¿qué recomendación les daría a las personas que desean empezar un proyecto de moda? Él, bastante conmovido, respondió: “nunca dejen de intentarlo, porque fracasar también hace parte del proceso. Lo que en algún momento falló, será un aprendizaje para aplicar y hacerlo mejor”.
La historia de José Julián es un claro ejemplo de cómo la perseverancia, la disciplina y el talento, son factores clave para la materialización de los proyectos.
Especialmente, los que requieren un alto componente de creatividad y conocimiento del negocio, en este caso, la industria de la moda.
Este bogotano, amante de la escena urbana y rockera de la capital de Colombia, se graduó hace doce años de una tecnología de diseño en el SENA. Desde ese momento, lideró diferentes proyectos de moda. Pero fue en el 2020, el año en el cual una pandemia cambió las dinámicas de la vida contemporánea en todo el planeta, que José Julián encontró en la adversidad, una oportunidad.
El origen
Los tapabocas y las primeras chaquetas de la marca se enfocaron en la necesidad del momento de protección y de brindar diseños diferenciados a través de la personalización de las telas antifluido con la estampación.
Como diseñador ya tenía ciertos conocimientos en el tema de la estampación y los textiles antifluido. Además, tenía experiencia en el diseño de sus propios prints.
Fue así, como decidió unir todo aquello que ya conocía y diseñar tapabocas con un sello diferencial: estampados con sus propias grafías, con pasadores en terciopelo y graduables, de tal forma que las personas los pudieran ajustar para que no les tallaran.
La primera producción se agotó rápidamente, al igual que la segunda y la tercera, en poco tiempo la demanda por sus tapabocas se incrementó y José Julián expandió sus productos antifluido a chaquetas y conjuntos estampados, piezas que también fueron un éxito.
Paulatinamente, el mundo transitó la pandemia y José Julián leyó con atención las necesidades de su consumidor. Para él este momento fue muy revelador, pues entendió que ya tenía un público cautivo y se concentró en brindar, en términos de vestuario, opciones alineadas a su estilo de vida. Así nació Joeg, una marca cuyo punto de inicio fue una contingencia mundial, pero hoy es un verdadero caso de éxito como negocio y propuesta de moda.
¿Cómo ser distinto?
Uno de los aspectos de la exploración de Joeg está en sus textiles. Muchos de ellos son antifluidos e impermeables, entre los que se cuentan bases textiles como Orión, Tempestad y Top Gun, cuyas posibilidades de la personalización incluyen la estampación.
Actualmente, Joeg es una marca de diseño pensada para quienes viven en climas templados o fríos. Están dirigidas a personas alineadas a estilos de vida contemporáneos, sensibles a la moda y conectados con el rock y la estética techno. La pregunta constante de su director creativo es: “¿cómo ser distinto?”. La respuesta suele llegar desde distintos frentes: el patronaje, los materiales o la combinación de ambos.
En ese sentido, hay una exploración constante en términos de funcionalidad de las prendas, su sentido utilitario, el desarrollo de volúmenes y la aplicación de diferentes recursos desde la moldería. Además, de la exploración en cuanto al uso de diferentes tipos de textiles como los antifluidos. Estos tienen interesantes aplicaciones en moda y sus características permiten la personalización a través de la estampación. Otras de las bases que José Julián incluye en sus colecciones son el drill, el denim y el cuero.
Los aprendizajes
En la marca es clave prendas como parkas, chaquetas, pantalones, gabanes, hoodies y faldas. Los patrones de las prendas trabajan de manera constante los volúmenes. También acuden a recursos utilitarios como los bolsillos, los amarres y las capuchas.
Entre los aprendizajes vividos durante estos tres años, José Julián menciona que: “el mejor vendedor de una marca es su mismo dueño”. Esto porque nadie mejor que él conoce su producto y sabe cómo mostrarlo. Pero además, es gracias a este contacto con los consumidores que ha podido escucharlos e integrar aportes a su marca para mejorar las prendas o incluir nuevas.
De hecho, en muchos casos ha realizado diseños a partir de las sugerencias de sus clientes, los ha puesto a la venta y de acuerdo con la aceptación y demanda, los incluye como prendas de línea, así ha logrado fortalecer su portafolio actual. De igual forma, José Julián afirma: “uno como diseñador no se puede encerrar en un mundo ajeno a la realidad”, para él, la idea es mantener el equilibrio entre el contexto comercial actual y la visión adelantada del diseñador.
La comunicación de marca
Para José Julián el desarrollo de la imagen de la marca es todo un 360, esto implica no dejar cabos sueltos desde el concepto, el acting, el styling, la producción y la calidad de las imágenes.
En este sentido, José Julián tiene claro que este proceso también ha sido una evolución. Pues, en medio del ecosistema digital la competencia se da con millones de propuestas que, simultáneamente, están mostrando sus trabajos.
De ahí la importancia que tienen la factura, la estética de la imagen y un buen concepto de marca, pues realmente son factores que hacen la diferencia de cara al consumidor. Una vez todo el tema de fotos y videos están resueltos, el siguiente paso es publicar; ¿dónde lo harás?, ¿pagarás publicidad?, ¿segmentarás el público?, en fin, algunas de las preguntas que hacen un engranaje total que influye en el despliegue y el alcance de tu trabajo.
Hoy
Joeg es una marca que realiza dos colecciones y dos cápsulas al año y su propósito es continuar explorando un diseño divergente que conecte con su consumidor y sus necesidades, mientras explora desde los textiles, las técnicas y el patronaje. Una marca que seguirá encontrando oportunidades para crear historias de moda.
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