El gran tema de la Primavera / Verano 2021 es Manos a la Obra. Una temporada en la que el consumidor se agota de las cosas que solían abrumarlo y, si bien antes las pasaba por alto, hoy entiende que puede tomar partido, actuar y cambiar su realidad. En ese sentido el consumidor se enfoca en ser protagonista activo para no contaminar y en términos generales está determinado a gastar menos dinero, por ello no se conforma con los estándares de compra habituales, ni con los diseños tradicionales. Manos a la Obra incluye tres historias:
Homogéneo
Abriga a un consumidor que se ha vuelto muy sensible a la economía y la estabilidad de esta; razón por la cual es más cauteloso con sus gastos, analiza cada compra que realiza, independientemente de la categoría a la que esta pertenezca. En ese orden de ideas, investiga todas las opciones acerca del producto que va a adquirir, de tal forma que pueda conseguir el mejor, de acuerdo con sus expectativas y el precio. No es un comprador de impulso y la tecnología es un facilitador para obtener la información necesaria acerca de los servicios que le presta una marca y sus productos.
Este consumidor valora la economía local, por ende los productos hechos en la región donde vive; en ese orden de ideas tiene un gran interrogante sobre los productos de marcas extranjeras, pues no conoce los procesos que implican su producción. Este consumidor aboga por un diseño amable de manera integral, es decir, amable con el bolsillo y la sociedad. En el caso concreto de la ropa, plantea la opción de homogenización de lo social; por ejemplo, a nivel de textiles, las telas no se arrugan y abundan las bases como el algodón, la sarga y las texturas inspiradas en el denim. Las grafías están orientadas hacia motivos alusivos a la cultura local y las prendas estarán alineadas con la tendencia unisex.
Post-Hábitat
El principal tema de esta historia es la sostenibilidad ambiental y dos valores que se destacan son desecho y clima. Mediáticamente, ya no se habla de calentamiento global, sino de crisis ambiental, es una alerta; la cual impacta directamente en la tendencia. En ese sentido el aspecto climático está alineado con los procesos de los desechos, entendiendo que estos pueden ser una materia prima para nuevos productos, pero además, el aprovechamiento de los desechos puede tener una incidencia muy positiva en términos económicos. Por ejemplo, hay empresas dedicadas al mobiliario que usan los desperdicios de las maderas para generar nuevas líneas de producto.
A nivel estético la propuesta gira en torno a la supervivencia, por lo cual adquiere mucha relevancia la protección, la funcionalidad y los multiusos; pero además, es una tendencia que tiene un componente alto en cuanto al desempeño, para ello el aspecto tecnológico es relevante. La premisa es recoger los desechos y transformarlos en algo nuevo. Así mismo, los pigmentos tienen que ver con procesos de reutilización, los colores no son tan limpios, los tonos pueden ser turbios y la paleta está creada a partir de procesos orgánicos o reusados e, incluirá colores de apariencia marmolada, naturaleza alterada, espejismos, tonos sucios y contaminados. En general esta historia comunica una sensación apocalíptica y experimental.
Alquimia
Esta historia nace de dos valores en transformación: vejez y frugalidad. La referencia a vejez alude a las personas mayores que tienen poder adquisitivo y se vuelven muy interesantes para las marcas. En ese sentido la tercera edad se plantea bajo la lógica de la sociedad contemporánea y las implicaciones que la conectividad tiene hoy en día y, por ende, la posibilidad de crear comunidades, para ello las aplicaciones son una herramienta fundamental.
De igual forma, aparece el tema del emprendimiento, precisamente, hoy en día gran parte de los emprendimientos exitosos son de personas de la tercera edad. Alquimia es una tendencia que habla del adulto mayor en un modo creativo, pues está interesado en crear y es normal que tengan taller de cerámica en su casa, taller de joyería, sala de pintura, etc. En otras palabras, el tiempo se aprovecha de manera asertiva para crear.
Por otro lado, está el valor de la frugalidad, es decir, aprovechar al máximo un elemento. Este valor se aprecia mucho en la gastronomía, por ejemplo, al comprar una fruta o un vegetal y aprovecharlo al máximo en diferentes preparaciones, sin desperdiciar nada. Esto ilustra de manera clara cuál es la intención del consumidor de hoy; ser respetuoso con los ciclos de la naturaleza y optimizar al máximo un producto, evitando los desperdicios.
Estética
A nivel estético, es una historia más indulgente y lujosa; aparecen sedas, chifones, muchas transparencias y acabados especiales en las telas como por ejemplo el foils o los plisados. Se apreciará el trabajo artesanal y manual, como los brocados y la cestería. En cuanto a siluetas las mangas amplias serán protagonistas y en accesorización aparecerán los encapsulamientos en resinas, las maxi-hebillas y las simulaciones de carey. La estampación estará orientada a la idea de frugalidad, pinturas hechas con agua, flores muy grandes y abundancia natural.
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