Llegó el turno para la democratización de la lencería sexy “de lujo”, Victoria’s Secret se pasa a la moda rápida, esto implica precios más accesibles. Como también una mayor rotación de las prendas en tiendas físicas y Online. Además de, menor tiempo entre el diseño y la distribución, todo este cambio en la dinámica de negocio está inspirada en la estrategia hasta ahora infalible del gigante del fast fashion: ZARA.
Victoria’s Secret funcionaba así
Un año antes de cada temporada ya debía estar listo todo lo que saldría a las tiendas, la colección era lanzada, las compradoras se hacían con los diseños y aunque se vendía todo el año; la sensación de novedad era efímera lo que muchas veces se traducía en una baja rotación de productos que por supuesto tenia un impacto no deseado en las ventas.
Hoy decididos a emular una de las estrategias más vertiginosas en la industria de la moda como lo es el fast fashion, Victoria’s Secret reduce considerablemente su proceso de planificación y diseño para pasar una producción rápida y lograr que el consumidor no pare de comprar.
La conocida marca de ropa interior femenina se mete en una carrera contra reloj, está lista para adaptar de manera rápida sus diseños a las nuevas tendencias, en tiempo record llenar sus tiendas y en máximo 20 días rotar las estanterías con nueva lencería.
Y es así como Victoria’s Secret se revela en contra del tradicional ciclo bianual de la moda, cosa que muchas grandes marcas de lujo también han hecho al presentar hasta 6 colecciones al año, la diferencia es que la marca de lencería lo ha hecho por lo grande y se ha adentrado a un terreno donde lo que importa es llegar cuanto antes a las tiendas.